Enfermedades Profesionales y Accidentes de Trabajo.
Será catalogado como accidente de trabajo cuando se den tres elementos en conjunto: presencia de un daño corporal, la condición de trabajador por cuenta ajena de la persona afectada y una relación de causalidad entre el empleo y la lesión padecida.
La continua exposición a diferentes peligros, sustancias tóxicas, situaciones estresantes o posiciones derivan a la posibilidad de padecer un accidente laboral o, en un periodo de tiempo prolongado, una enfermedad profesional.
Las enfermedades profesionales tienen una catalogación muy concreta, definida en la Ley General de la Seguridad Social como “la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta ley, y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional.”
Si las enfermedades, ya sean temporales o permanentes, evolucionan a un estado crónico se podría catalogar como incapacidad laboral. Incluso hay trabajos considerados no lesivos por la población pero que en realidad repercuten en la estructura corporal de manera agresiva, por ejemplo la espalda en aquellos empleos donde hay una continua posición estática.
Se tramitará alguno de los siguientes tipos de incapacidad, en caso de estar incapacitados para realizar los trabajos, según las limitaciones:
- Incapacidad permanente parcial
- Incapacidad permanente total
- Incapacidad permanente absoluta
- Gran Invalidez
Cuando el nivel de daño llega a afectar a la vida personal y el desempeño profesional, se debe demostrar que dicha dolencia ha sido ocasionada por la ocupación laboral con una valoración del daño corporal.
El perito en estas cuestiones cumple una función crucial. Debe recabar datos para evaluar y redactar un informe pericial que demuestre que hay una enfermedad profesional, así como determinar su origen. El informe será una prueba fundamental en el proceso judicial. Constará de diversos datos, metodología, antecedentes, situación actual, diagnóstico, referencias y conclusiones. Siempre fechado y firmado.
Hablando de temas psicológicos como por ejemplo, el acoso laboral, es complicado que el juez determine cuál es la situación mental del afectado, sin la ayuda de un informe psicológico forense. Por eso la importancia de estos informes y de la solicitud de peritajes por parte del interesado o del juez. Porque el juez puede solicitar periciales, documentos o testigos que le ayuden a dictar sentencia. Voluntariamente también podríamos solicitar el peritaje. Además, suele ser mejor opción uno privado porque buscas alguno especializado en el tema y que le dedique tiempo a tu caso.
En los casos de accidentes de trabajo, el peritaje médico gestionará la baja laboral, la indemnización si se aprueban causas ajenas al empleado y/o la incapacidad temporal laboral.
Los precios dependen de cada caso. Se debe estudiar su viabilidad, la dificultad del caso, las pruebas de las que se disponga, las sesiones, si hay ratificación o desplazamientos, etc.
Si necesitamos una pericial judicial, no es problema. El profesional acudirá a ratificar en el juicio el informe médico que ha elaborado previamente. Es muy importante contar con un périto profesional y con experiencia, pues es quien va a argumentar nuestra situación. Además, no se pueden cometer errores en los informes, pues podría ser la causa suficiente para perder el juicio.